La realidad es:
10% de lo que te pasa.
90% de lo que haces con lo que te pasa.
¿Qué quiere decir esto?
El 10% son las cosas que nos suceden y no las
podemos controlar, por ejemplo que se retrase el autobús y llegues tarde al
trabajo.
En cambio, el otro 90% lo determinamos cada uno
de nosotros, con nuestra reacción.
Vamos a ver un ejemplo de cómo nuestra reacción
condiciona nuestra realidad.
Imaginaros que es lunes, 7:30 de la mañana,
estás desayunando con tu familia, tu hija se va a levantar y sin querer tira tu
taza de café y se te mancha la camisa.
Tú no tienes el control sobre lo que acaba de
pasar, pero lo que suceda después, si vendrá determinado por tu reacción.
Vamos a ver dos reacciones distintas para una
misma situación:
1- Dices todo lo que no está escrito, regañas
muchísimo a tu hija, que inmediatamente se pone a llorar desconsolada
sintiéndose muy culpable, por si eso fuera poco, echas una mirada a tu mujer de
las que atraviesan y la criticas por colocar la taza en el borde de la mesa,
con lo que se desata una gran batalla verbal.
Mientras te vas a cambiar de ropa, sigues
maldiciendo, tu hija sigue llorando, tratando de acabar el desayuno para ir al
colegio... con todo el jaleo pierde el autobús.
Tu mujer se marcha corriendo al trabajo, tu vas
a por el coche, para llevar a tu hija al cole, como es tarde conduces a 70 Km por
ciudad y después de 15 minutos de retraso y una multa llegas por fin al
colegio, tu hija se baja del coche sin decirte adiós.
Cuando llegas a la oficina, te das cuenta de que
te has olvidado el portátil en casa.
Tu día empezó fatal, pero tiene pinta de poder
empeorar... por la tarde al llegar a casa, notas que tu mujer y tu hija están
enfadadas contigo.
¿Por qué tuviste un mal día? Repasa estas
opciones.
A-
El café lo causó.
B-
Tu hija lo causó.
C-
El policía lo causó.
D-Tú
lo causaste.
Esos cinco segundos en los que reaccionaste,
determinaron tu día, tu realidad.
Vamos a ver ahora la 2ª reacción:
2- El café te mancha la camisa, tu hija está a
punto de llorar, entonces tú le dices “no te preocupes, tan sólo, la próxima
vez ten más cuidado”.
Después de ponerte la camisa limpia, coges tu
maletín, vuelves a la cocina, miras a través de la ventana, ves a tu hija que está a punto de coger
el autobús, justo un momento antes de subir, se gira y te dice adiós con la
mano.
¿Notas la diferencia?
Hemos estado en dos escenarios diferentes.
Ambos empezaron igual.
Ambos terminaron diferente.
La conclusión que
podemos sacar de todo lo que hemos visto
hasta ahora, es que, en cualquier situación de la vida, podemos decidir cómo
actuar, de esa manera iremos construyendo nuestra realidad.
Historia de la serpiente.
Si aplicas el 10/90 en tu vida, notarás los
cambios ¿qué tienes que perder?
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