Lo primero a analizar es el significado
de la palabra Pre-Juicio: juzgamos desde nuestro punto de vista
(convencidos de que es el único y certero) a alguien, sin dar la oportunidad de
argumentar su posición, ya que la realidad es como yo digo, porque es así.
Los prejuicios nos impiden ver más allá de las personas, nos
limitan, perdemos muchas oportunidades de desarrollarnos. Olvídate de los
prejuicios, no sirven, al menos da la oportunidad a la otra persona de
argumentar, trata de comprender, a veces a quién más prejuzgamos o directamente
juzgamos, es la persona que más te podría ayudar.
“Es más fácil destruir un átomo que destruir un prejuicio”
Albert Eisntein
Cómo utilizamos los
prejuicios
Un prejuicio es un arma muy poderosa, lo defendemos con uñas
y dientes, cuando interactuamos con otras personas, tenemos varias maneras de
utilizar nuestros prejuicios:
·
Conversaciones de juicios personales: es una de las
conversaciones más frecuentes, no nos llevan a ninguna parte, nos limitamos a
dar nuestra descripción de la persona en cuestión, sin abrir la mente a una
comprensión y... ya está prejuzgada ¿qué necesidad tengo de escucharla si yo
tengo la razón?
·
Conversaciones quejicas: son todo tipo de conversaciones que
generamos normalmente, cuando tenemos un problema, en ellas culpamos a todo el
mundo, excepto a nosotros mismos de lo que nos está pasando, cuántas veces
decimos, la culpa es de mi jefe, es de la crisis, es de mi mujer/marido, es del
vecino, la mala suerte, que se yo qué infinidad de culpables somos capaces de
encontrar. Por otro lado, podemos tomar el camino opuesto, culparnos a nosotros
mismos exageradamente.
Pautas para deshacerte de los prejuicios.
Eliminar
los prejuicios, es una tarea difícil, para deshacerte de ellos, hay que empezar
de cero, es decir, aprender a
desaprender, debemos de cuestionarnos cada una de nuestras formas de actuar,
abrir nuestra mente a nuevas ideas, conceptos, saber que no siempre tenemos la
razón, no te limites, te estás perdiendo una inmensidad de oportunidades.
Trabaja sobre el concepto “comprender a los demás,
para que te comprendan a ti”, si eres capaz de hacerlo, tienes garantizado el éxito.
Te voy a contar una experiencia personal que tuve al
respecto:
Uno de mis hijos, de 14 años, se tiñó el pelo de
rojo, al día siguiente teníamos previsto ir a visitar a los abuelos, pero él
estaba intranquilo, me comentó: “mamá, que van a pensar los abuelos de mi” a lo
que yo le contesté, lo primero que tienes que hacer es comprender a tus
abuelos, son de otra generación, pueden asociar que un chico con el pelo rojo,
sea que no va por el camino adecuado, aunque ellos te conocen, saben cómo eres
y te quieren. Si tú eres capaz de comprender eso, ellos comprenderán que a ti
te gusta llevar el pelo así y no tiene nada que ver con cómo tú eres.
Cuando llegamos a casa de los abuelos, la primera
reacción de ellos fue de sorpresa, pero surgió la conversación y todos se
comprendieron.
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